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martes, 26 de noviembre de 2013

POLITICA MINERA EN EL PERU



 

Las normas del Sector Energía y Minas se situan en un marco global de plena estabilidad jurídica, libertad económica, garantías, promoción a las inversiones y la pacificación del país.

Dentro de estos lineamientos de política, las inversiones y operaciones quedan a cargo de la empresa privada. Están a cargo del Estado, los roles concedente, normativo y promotor.

Objetivo primordial de la política minera peruana es aprovechar los recursos minerales racionalmente, respetando el medio ambiente y creando condiciones para el progreso del sector en un marco estable y armonioso para las empresas y la sociedad.

El desarrollo normativo del Estado persigue el equilibrio entre los derechos y obligaciones de las empresas mineras, enfatizando el tema ambiental, de acuerdo con los estándares internacionales y los compromisos adquiridos por el Perú. Asimismo, no descuida los aspectos de una filosofía empresarial responsable, que dé seguridad a los trabajadores y alcance relaciones amigables con las comunidades locales y su cultura, así como con la comunidad nacional. 


Lineamientos de Politica Minera 

Mantener un marco legal que propicie un desarrollo sostenible y equitativo del sector minero.
Actualizar las normas mineras con el objeto de optimizar la estabilidad jurídica de las inversiones, mejorar las condiciones para la inversión privada en las actividades de exploración y explotación de recursos minerales, así como en las de transporte, labor general, beneficio y comercialización de estos recursos. 
Desarrollar el nuevo concepto de minería que priorice y privilegie la disponibilidad y acceso del recurso agua antes del inicio de las actividades mineras con una política de inclusión social y desarrollo sostenible de las comunidades de su entorno.
Propiciar que las actividades mineras se desarrollen en condiciones de mayor seguridad para los trabajadores y la sociedad, preservando el medio ambiente y manteniendo relaciones armoniosas con la comunidad.
Desarrollar y promover la investigación de estudios geológicos y el inventario y evaluación de recursos minerales.
Mitigar los efectos sociales, ambientales y de seguridad de la pequeña minería y minería artesanal.
Promover la generación de mayor valor agregado en el sector minería.
Fortalecer la institucionalidad del sector minero y promover el funcionamiento de la Ventanilla Única.
PEI 2012-2016

En este sentido, el Estado promueve el crecimiento de las actividades mineras y energéticas fomentando la prevención y mitigación de los impactos ambientales y sociales, para lograr el desarrollo sostenible del país. Un objetivo básico de la Ley de Minería es la inversión en exploración y el desarrollo de proyectos en las áreas concedidas. Para ello desalienta la tenencia especulativa mediante la introducción de penalidades para la vigencia de los derechos mineros improductivos, lo que da oportunidad a nuevos prospectos. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

COLORES DEL ORO

Cuando en el s. V a.C. Píndaro describió el oro como «hijo de Zeus, al que no devoran ni la polilla ni la herrumbre, pero cuya suprema posesión devora la mente del hombre», expresó en pocas palabras toda su historia.

John Stuart Mill parafraseó espléndidamente estos versos en 1848: "Puedes tocar sin temor el oro / pero si se adhiere a tus manos, te herirá presto." El oro constituye desde luego un cúmulo de contradicciones. Los

hombres creen que representa un refugio hasta que, de tanto tomarlo en serio, se convierte en una maldición.

Las naciones lo han buscado por toda la Tierra con el fin de dominar a otras, pero al cabo descubrieron que el oro controlaba su propio destino. Al final del arco iris el oro constituye la felicidad suprema, pero emerge del infierno cuando se encuentra en e fondo de la mina.

Ha colaborado con algunos de los más grandes logros de la humanidad, pero también suscitado algunos de sus peores crímenes. Cuando lo empleamos para simbolizar la eternidad, eleva a las personas a la dignidad suprema, la realeza, la religión, la ceremonia. Sin embargo, el oro, vida perdurable, impulsa a los hombres hacia la muerte. Su más misteriosa incongruencia radica en sí mismo. Es tan maleable que puede adoptar prácticamente cualquier forma; incluso los pueblos menos refinados son capaces de crear con él bellos objetos.

Más aún, es imperecedero. Cabe convertir el mineral de hierro, la leche de vaca, la arena e incluso los puntos luminosos de un ordenador en algo tan diferente de su estado originario que los vuelva irreconocibles. No sucede así con el oro. Cada trozo de este metal refleja las mismas cualidades: el de los pendientes, el aplicado al halo de un fresco, el de la cúpula de la Cámara Legislativa de Massachusetts, el salpicado en los cascos del equipo de fútbol americano de Notre Dame y el de los lingotes guardados en la «hucha» oficial de Estados Unidos en Uort Knox.

Pese a las complicadas obsesiones que ha generado, el oro es en su esencia maravillosamente simple. Su símbolo químico (Au) procede de aurora. Sin embargo, pese a esta fascinante evocación de un cambio, el oro es químicamente inerte, lo que explica, entre otras cosas, que su brillo sea perpetuo. En un museo de El Cairo se exhibe un puente dental hecho de oro de casi 4.500 años de antigüedad: cualquier persona podría utilizarlo en la actualidad. El oro es extremadamente denso. Un volumen de 0,028 m3 pesa media tonelada.

En 1875, el economista británico Stanley Jevons observó que los 20 millones de libras esterlinas de las transacciones que pasaban cada día por la Cámara de Compensación Bancaria de Londres pesarían unas 157 toneladas si fueran pagadas en monedas de oro «y se necesitarían ochenta caballos para transportarlas». La densidad del oro supone la posibilidad de utilizar cantidades muy pequeñas para monedas de gran cuantía. El oro es casi tan blando como la masilla. El del cristal veneciano era reducido a un grosor de 0,0000125 cm. tras un proceso conocido como sobredorado. El rey Ptolomeo II de Egipto (285-246 a.C.) ordenó que un oso polar de su zoo encabezara un desfile festivo, seguido de un grupo de hombres portadores de un falo bañado de oro y de 55 m. de altura.

Usted podría estirar una onza de oro (28,4 g) hasta convertirla en un alambre de 80 Km. de longitud o, silo prefiere, batirla para que se transformara en un pan de oro de 9,3 m2 A diferencia de cualquier otro elemento de la Tierra, perdura casi todo el oro extraído, ahora en gran parte en museos, embelleciendo estatuas de antiguos dioses y sus ornamentos o en exposiciones numismáticas; resta una porción en las páginas iluminadas de manuscritos, otra en relucientes lingotes sumidos en los sótanos oscuros de los bancos centrales y bastante en dedos, orejas y dientes. Hay un residuo que permanece callado en los barcos hundidos en el fondo del mar.

Si se formase con todo ese oro un cubo macizo, sería equiparable a cualquiera de los grandes petroleros de hoy en día; su peso total sería de unas 125.000 toneladas,9 lo que significa un volumen inapreciable si se compara con el acero producido por Estados Unidos en pocas horas; el conjunto de esas empresas posee una capacidad de 120 millones de toneladas anuales.

La tonelada de acero cuesta 550 dólares —2 centavos la onza—, pero esas 125.000 t de oro valdrían un billón de dólares a los precios actuales. ¿No es extraño? Con acero podemos construir edificios de oficinas, barcos, coches, contenedores y máquinas de todos los tipos; con oro no es posible construir nada. Sin embargo es al oro al que llamamos metal precioso. Nos sobrecoge el oro y bostezamos ante el acero.

Cuando todo el acero se halle enmohecido y podrido y mucho tiempo después de eso, el gran cubo de oro permanecerá idéntico. El oro goza de esa clase de longevidad con la que todos soñamos. Su resistencia tenaz a la oxidación, su anómala densidad y su maleabilidad inmediata, esos atributos naturales y simples, explican todo lo que hay tras el romance del oro (incluso la elección de la palabra inglesa gold no es caprichosa; procede de gelo, en el inglés antiguo, y ese término significaba «amarillo»).
 
En joyería fina se denomina oro alto o de 18k aquél que tiene 18 partes de oro por 6 de otro metal o metales (75% en oro), oro medio o de 14k al que tiene 14 partes de oro por 10 de otros metales (58,33% en oro) y oro bajo o de 10k al que tiene 10 partes de oro por 14 de otros metales (41,67% en oro). El oro de 24k es muy brillante, pero es caro y poco resistente; el oro alto es el de más amplio uso en joyería, ya que es menos caro que el oro puro o de 24k y más resistente, y el oro medio es el más simple en joyería.
Debido a su buena conductividad eléctrica y resistencia a la corrosión, así como una buena combinación de propiedades químicas y físicas, se comenzó a emplear a finales del siglo XX como metal en la industria. En joyería se utilizan diferentes aleaciones para obtener diferentes colores, a saber:
Oro amarillo = 1000 g de oro amarillo tienen 750 g de oro, 125 g de plata y 125 g de cobre.
Oro rojo = 1000 g de oro rojo contienen 750 g de oro y 250 g de cobre.
Oro rosa = 1000 g de oro rosa contienen 750 g de oro, 50 g de plata y 200 g de cobre.
Oro blanco = 1000 g de oro blanco tienen 750 g de oro y 160 g de paladio y 90 g de plata.
Oro gris = 1000 g de oro gris tienen 750 g de oro, alrededor de 150 g de níquel y 100 g de cobre.
Oro verde = 1000 g de oro verde contienen 750 g de oro y 250 g de plata.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Metales preciosos, origen colonial del mundo moderno y destrucción de la América Indígena

Metales preciosos, origen colonial del mundo moderno y destrucción de la América Indígena


Aquí va repetirse brevemente lo muy conocido en la historia económica de Occidente: los metales preciosos venidos de América (consecuencia de la destrucción y expropiación de la América Indígena – AI) fueron esenciales para el desarrollo del capítulo conocido como Acumulación Primitiva piedra fundamental de la Revolución Industrial, culminación material de la modernidad. Claro, la modernidad no fue solo cuestión material. Eso porque esa base material generó condiciones para el aparecimiento de nuevas relaciones sociales y así, para una nueva subjetividad que aceptó, por ejemplo, la posibilidad de la igualdad entre los seres humanos. Por ejemplo Aníbal Quijano ha recuperado la idea de que solo después de la experiencia del contacto con las sociedades indígenas americanas fue posible, en Europa, escribir obras como Utopía (Thomas Moore) que constituyó un auténtico corte histórico en la forma de concebir sociedades socialmente justas. Antes de Utopía esas sociedades se encontrarían solo retornando al pasado (al Paraíso Perdido, etc.) lo que históricamente es imposible; después de Utopía: luchando por construirlas en el futuro lo que históricamente es posible. Y en todo eso el Mundo de los Incas jugó un papel de primer orden bastando recordar que, hasta el período de Los Enciclopedistas (1780s), el libro Los Comentarios Reales de los Incas fue publicado más de diez veces. En todo el período colonial nadie escribió algo equivalente al libro del Inca Garcilaso de la Vega para influenciar el imaginario europeo en su visión de la AI. Pero lo extraordinario a destacar es que la nueva situación que fue generándose en Europa, que abrió las puertas a los ideales de igualdad, libertad etc., se basó en la simultánea explotación y destrucción de la AI en la que fue generalizándose la desigualdad y la  opresión. Esa es la gran ironía (o contradicción) de la Era Moderna sintetizada en la frase origen colonial del mundo moderno. Y esa contradicción continúa no resuelta y por eso el Mundo Moderno (1492 hasta hoy) infelizmente, y a pesar de las posibilidades  que generó, aún no superó la antigua diferencia entre ricos y pobres, característico de toda sociedad de clases, ni la moderna constituida por el racismo construido y difundido por el mundo a partir de la destrucción de la AI.
En la destrucción de la AI todas las potencias europeas del período participaron, unas con más intensidad que otras. Aquí no se esta defendiendo la leyenda negra (ideología que pone en España la responsabilidad exclusiva por la destrucción de AI) . NO: solo se está demostrando que los conquistadores, que beneficiaron a los grupos dominantes de la España colonial, no tuvieron límites (ni materiales ni ideológicos)  para explotar la población indígena.  Pero esa España tuvo una minoría que desde el inicio protestó contra la destrucción de AI siendo su punto alto Bartolomé de las Casas. Este padre con sus luchas (que consiguieron finalmente que la iglesia reconociera que los Indios de América sí tenían alma y por lo tanto sí eran seres humanos) no solo contribuyó a frenar la liquidación de la población indígena sino que contribuyó a salvar el alma (lo mejor) de España.  Hasta dónde este autor conoce y en relación a los indios no hay equivalentes a Bartolomé de las Casas entre los colonizadores británicos (y sus continuadores, los independentistas de EUA), franceses y portugueses. El historiador francés Pierre Chaunu nos informa que los pieles rojas, al momento de la violenta llegada de los europeos, aún eran esencialmente cazadores y recolectores (y por tanto no muchos) y por eso difícilmente podían transformarse en trabajadores explotables. Así en la América del Norte (dominada por ingleses, sus continuadores independistas y franceses) resultó que, en términos de la razón colonial, obviamente que lo mejor era el indio muerto: eso explica el casi exterminio de los pieles rojas. No ocurrió lo mismo en los territorios dominados por España dónde las altas civilizaciones indígenas (Incas y Aztecas al momento de la conquista), que ya eran urbanas, habían producido no solo grandes concentraciones de población sino gente que, con relativa facilidad, podía transformarse en trabajadores explotables. Así en algún momento apareció como obvio, para la razón colonial, que lo mejor era mantener al indio vivo. En los dominios coloniales portugueses ocurrió algo parecido con la América del Norte. Allí la esclavitud de los  indígenas (constituidos casi exclusivamente por cazadores y colectores),  fue legal hasta 1758.  Entonces y debido al hecho que ella era la principal responsable del casi exterminio de los indígenas, el Marqués de Pombal pasó una ley prohibiendo la esclavitud Los indios entonces se habían transformado en importantes para justificar el principio de Uti Possidetis que Portugal esgrimía para expandir las fronteras del Brasil colonial especialmente a través de los difícilmente limitables territorios amazónicos. Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/mar-del-sur/160-oro-del-peru-del-cuarto-del-rescate-al-mito-de-el-dorado - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

sábado, 9 de noviembre de 2013

El tesoro que Atahualpa pagó por su Rescate

El tesoro que Atahualpa pagó por su Rescate.

Atahualpa, por su vida, hizo a Pizarro (quien aceptó) la siguiente oferta: llenaría el cuarto en que estaba preso, una vez con oro y dos veces con plata, hasta la altura a dónde llegaría el dedo medio de su mano derecha levantada estando de pié, contra la pared. Ese cuarto tenía aproximadamente 6.00 X 6.00 X 2.30 (más o menos la altura a la que Atahualpa llegó). O  sea, 6 mts. X 6 mts. X 2.30 mts.= 82.80 mts.3 o, redondeando, aproximadamente un volumen de 82 metros cúbicos o  82 toneladas (así Pizarro recibiría, en toneladas,  casi 82 de oro y 164 de plata). Atahualpa había pagado más o menos la mitad cuando le quedó claro que Pizarro lo traicionaría y mataría; entonces, secretamente, mandó que lo no pagado fuera escondido, nadie sabiendo hasta hoy dónde. Otra razón por la cual Atahualpa mandó que no se pagara más fue porque, finalmente, se convenció que el cuarto jamás se llenaría ya que, como se dice hasta hoy Cajamarca, “se lo llenaba de día y se lo vaciaba en la noche” Nuevamente allí se dio el choque de dos civilizaciones con visiones del mundo diferentes: la indígena que cumplía con la palabra empeñada y por eso llenaba; la occidental - española que no cumplía, mentía y así vaciaba porque lo único que le importaba, a cualquier costo, era obtener la mayor cantidad de metal precioso posible. Por estas razones nunca será posible saber cuanto pagó Atahualpa.
Pero asumiendo que hubiera pagado la mitad, o sea, 41 toneladas de oro y 82 de plata. Los cálculos que siguen no son exactos pero sirven para ilustrar la veracidad de la hipótesis siguiente: lo pagado por Atahualpa fue el rescate individual más alto (o sea, caro) que registra la historia humana. A precios actuales eso significaría lo siguiente. La onza troy, utilizada corrientemente en el mercado mundial para los metales preciosos, equivale a 31.1034768 gramos (para ayudar en los cálculo se redondea a 32 gramos). Así, un kilogramo (mil gramos) dividido entre los 32 gramos de cada onza troy resulta aproximadamente igual a 32 onzas troy. El precio de la onza troy es de USA $ 951.00 (novecientos cincuenta y un dólares).  Entonces, el precio de un kilogramo de oro es igual a 32 onzas X 951 = USA$ 30,432 (treinta mil cuatrocientos treinta y dos dólares). Así, una tonelada de oro es igual a USA$ 30,432 X 1000 (mil) = USA$ 30’432,000 (treinta millones y cuatrocientos treinta y dos mil dólares). Y así, cuarenta y un  toneladas de oro tendrá un precio igual a 41 X 30’432,000 = USA $ 1,247’712,000 (mil doscientos cuarenta y siete millones y setecientos doce mil dólares).
Haciendo exactamente lo mismo con las 82 toneladas de plata y llevando en cuenta que la onza troy de plata tiene por precio USA $ 14.45 (catorce dólares y cuarenta y cinco centavos),  el precio de un kilogramo de plata será igual a: 32 onzas X 14.45= USA$ 464 (cuatrocientos sesenta y cuatro dólares). Entonces la tonelada de plata será igual a: 1,000 X 464 = USA$ 464,000 (cuatrocientos sesenta y cuatro mil dólares). Y el precio de 82 toneladas será resultado de: 82 X 464,000 = USA$ 38’048,000 treinta y ocho millones y cuarenta y ocho mil dólares). Sumando el precio de las 41 toneladas de oro = USA $ 1,247’712,000 más el de las 82 de plata = USA$ 38’048,000 da un total de USA$ 1,285’760,000 (mil doscientos ochenta y cinco millones y setecientos sesenta mil dólares).
Así, lo pagado por Atahualpa por su rescate habría sido de USA$ 1,285’760,000  lo cual, sin duda alguna, es absolutamente fabuloso. Casi no hay palabras para describirlo y más si se lleva en cuenta el corto tiempo en que fue reunido (pocos meses entre la captura y la ejecución de Atahualpa) o sea, otra prueba de su abundancia por la facilidad para juntarlo. Aún asumiendo un margen de error extremo o sea que se hubiera pagado un décimo de esa cantidad aún así lo pagado por Atahualpa resulta fabuloso, casi único en la historia humana.

Por otra parte si esas cifras hasta hoy tienen un peso deslumbrante, en el siglo XVI sus  equivalentes tenían un peso mucho más grande (como se verá después). Nunca hasta entonces los ambiciosos europeos habían tenido frente a sí tantos metales preciosos juntos lo cual, pocas dudas se tiene, debió contribuir a dar rienda suelta a su ambición ilimitada consolidándose y generalizándose así la idea de que debería existir otro lugar con riquezas aún más extraordinarias y fáciles, casi esperando para ser agarradas y expropiadas usándose, claro, cualquier medio. Por eso no sorprende que, históricamente, el Mito de El Dorado haya surgido después del hecho real del Rescate. Y fue posterior también a otro gran hecho histórico, fabuloso también, como fue el saqueo del Coricancha.
  Fuente: Pacarina del Sur - http://www.pacarinadelsur.com/home/mar-del-sur/160-oro-del-peru-del-cuarto-del-rescate-al-mito-de-el-dorado - Prohibida su reproducción sin citar el origen.

viernes, 8 de noviembre de 2013

El Muki o Muqui, dueño del oro y las minas

Muqui (mitología)

El muqui, muki o anchancho,


 es un duende de la mitología de los Andes centrales en Bolivia, Perú, Ecuador, y Colombia; el cual se caracteriza por ser minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el muqui habita en el interior de la mina.
La palabra Muqui resulta de la castellanización del vocablo quechua murik, que significa "el que asfixia" o muriska "el que es asfixiado". En su vertiente huancavelicana, la palabra muqui sugiere "el acto de torcer", "ahorcar". Por ello, los antiguos mineros inconscientemente, identificaron al Muqui con el sílice, polvo letal que produce la enfermedad de la silicosis. Aunque también Muki en quechua significa "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua.
A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es, prácticamente, la misma en la sierra desde Puno, en el sur hasta Cajamarca en el norte del Perú, en el centro hasta Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Arequipa, por ejemplo, se le llama “Chinchilico”; en Puno, “Anchancho” en Pasco y la región andina de Bolivia, “Muqui” y en Cajamarca, “Jusshi”. Todas estas ciudades están localizadas en el Perú.
La fusión (sincretismo) de la cultura indígena con la cristiana, supuso también la inclusión de creencias occidentales con respecto a este mito, tal como que las principales vícitimas de estos duendecillos era los niños moritos, aquellos que aún no habían recibido el bautismo; incluso se menciona en algunos lugares del sur del país, que son estos niños no bautizados, eran quienes se convertían en los duendecillos. Según antiguos relatos, Los niños que no son bautizados, son raptados por los duendes, los cuales viven (o se esconden) en las higueras o platanales, para que se conviertan en uno de ellos. El niño que se encuentra con estos seres, aparte de recibir un gran susto adquiere una piel muy pálida, por lo que se recomienda llevar lo más antes posible a una iglesia para que reciba el Sacramento.
La creencia en el Muki surgiría tanto de las antiguas tradiciones andinas sobre los demonios y pequeños seres que pueblan el “Uku Pacha” o mundo de abajo, como de los propios temores y de la necesidad de los trabajadores de encontrar una explicación a las cosas extraordinarias que suelen ocurrir diariamente en la labor minera.
Como se advierte, en el imaginario popular, no existe un solo tipo de Muqui. Así como hay diversidad de elfos mineros a nivel universal, existen también variedades de Muquis en el mundo subterráneo de los Andes. Se les conoce por los lugares en que se hicieron visibles. Sus diferencias son formales antes que de esencia. Así tenemos Muquis de Huacracocha, de Goyllar, de Morococha, de El Diamante, de Santender, de la Mina Tentadora, de la mina Julcani, de Excélsior, por citar algunos de los más conocidos de una inacabable relación que corresponde a la tradición oral de las minas.

Fisonomía, vestimenta y costumbres

De estatura pequeña, el Muqui no excede los cincuenta centímetros, perteneciendo, estos seres, a la categoría de los enanos.
Para la tradición cerreña, el Muqui es un ser pequeño, de cuerpo fornido y desproporcionado. Su cabeza está unida al tronco, pues no tiene cuello. Su voz es grave y ronca, no concordante con su estatura. Sus cabellos son largos, de color rubio brillante. Su rostro es colorado y está cubierto de vellos. Posee una barba larga, del color blanquecino de la alcaparrosa. Su mirada es penetrante, agresiva e hipnótica, de reflejos metálicos. En otras tradiciones mineras, su cabeza presenta dos cuernos. Éstos le sirven para romper las rocas y señalar las vetas. Su piel es muy blanca y lleva colgado de la mano un farolito (cf. Sosa y Tamara). Además tiene las orejas en punta. (La influencia occidental es nítida en este aspecto de la representación. El diablo, originario de la cultura etrusca y difundido extensamente en el bajo medioevo por el catolicismo, ha sido vinculado con los duendes mineros. Los metalarios del periodo inicial de la alquimia, atribuían a los duendes, gnomos, kobolds y al diablo mismo, las perturbaciones en el tratamiento de los metales. Por ejemplo, el nombre del cobalto deriva de kobold (duende escandinavo) y níquel del diablo mismo, como lo llamaba un sector de alquimistas.)
Habitan en lugares desérticos, atacan produciendo bastante miedo a sus víctimas o adversarios, se dice que suelen llevarse niños solos e indefensos; un secreto de personas antiguas para enfrentarlos es quitarse el cinturón o correa de los pantalones y darles con el cinturón con mucha fuerza sin dejarse vencer por el miedo.
Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 1930, se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo, abrigado con un poncho hecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería. A veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre muy blanco y rubio para presentarse a los mineros y engañarlos.
La leyenda del Muqui, se encuentra ampliamente extendida en el ambiente minero de los Andes Centrales.
Consecuente con las exigencias del trabajo, el Muqui usa casco, ropa de minero y calza botas claveteadas. En otras tradiciones, se le representa como un geniecillo vestido de verde musgo, a veces con una finísima capa de vicuña o con el traje impermeable que usan los mineros. Generalmente, porta en la cintura una lámpara, ya de carburo, ya eléctrica, según el avance teconológico de la mina. Lleva un shicullo, soga de pelos de la cola del caballo, atado a la cintura. Camina como pato, pues sus pies son de tamaño anormal. Sus extremidades inferiores pueden adoptar la forma de las patas de un ganso o cuervo. Asimismo, pueden tener la punta hacia atrás. Por ello su ropa les cubre hasta los pies. Los curiosos esparcen ceniza o harina en su camino para auscultar la huella que dejan a su paso.
El Muqui puede andar solo o acompañado: refieren, algunos informantes, episodios protagonizados por varios Muquis formando grupos; otros dan fe sobre su inclinación de vivir solos. Pueblan, estos seres, un mundo de eterna oscuridad, sin tiempo. No se le ha visto envejecer, pareciera que el tiempo no le afecta. Y, en su sorprendente existir, se torna visible o invisible a los ojos mortales. Los Muquis gustan de lanzar penetrantes silbidos. Éstos, anuncian peligro y salvaguardan a los mineros de su simpatía. En otras ocasiones, producen desconcierto y miedo. Los Muquis, son comunicativos. Hablan a los oídos, conversan en los sueños, poseen un extraño poder premonitorio. Esta energía dialogal es sentida, vitalmente, por las gentes de las minas. El Muqui no gusta de los agnósticos. Le molesta que duden de su existencia.
El Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. Es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas.
El Muqui es un duende investido de poder. A su voluntad, hace aparecer o desaparecer las vetas (veta de oro). Está atento a las obsesiones, resentimientos, ambiciones y frustraciones de los mineros. Y, al tiempo que demuestra simpatía hacia unos, genera castigo y escarmiento a otros. Puede aliviar el trabajo, ablandar las vetas o endurecerlas, si prefiere. Suele conceder favores, establecer pactos, sellar alianzas, llegar a acuerdos a plazo fijo, que cobra puntual e inexorablemente. Pues, estos donantes de la buena o mala suerte, poseen un código de honor preciso y reservado. Su ética exige discreción y reciprocidad en sus pactos. De allí que los amigos del Muqui sean personas de opiniones reservadas y criterios parcos.
La mayoría de relatos coinciden en que es posible atrapar al Muqui y hacer “pacto” con él para enriquecerse. En el caso más frecuente el enanito de las minas ofrece al trabajador hacer su “tarea” a cambio de coca, alcohol y hasta de la compañía de una mujer para mitigar su soledad. Pero casi siempre el resultado del pacto es trágico, pues a la larga de una u otra manera el minero incumple y el Muqui se venga quintándole la vida.
El Muqui se abstrae en el juego o el trabajo. Por esa razón bien puede observársele sin que lo advierta. En esa circunstancia, los audaces, logran cogerlo y sujetarlo con el shicullo. En tal caso, al Muqui "se le amarra sólo con soga de cerda de caballo, porque hasta el alambre lo rompe" (cf. Huanay: 78-79). Enseguida, se lo cubre con la misma ropa de su captor. Este secreto, lo inmoviliza. Ha habido mineros que habiéndolo amarrado lo han amenazado con llevarlo a la luz y el Muqui se ha vencido, sabedor de su debilidad: los reflejos del sol lo desvanecen y matan.

jueves, 7 de noviembre de 2013

El Oro ligado a la mitología y a la espiritualidad

El Oro ligado a la mitología y a la espiritualidad


El Rey Midas
Muchas son las historias fantásticas y leyendas que se han creado alrededor del Oro a través de los siglos.  A nivel de espiritualidad su presencia ha sido fundamental para diversas creencias y ritos religiosos.  La fascinación por él se ha mantenido hasta nuestros días, aunque las connotaciones han ido cambiando con el tiempo.  Su energía es como un aura positiva, lo que lo convierte en el metal precioso por excelencia.
En la mitología encontramos historias fascinantes como la de Jasón y el Vellocino de Oro.  Jasón hijo de Eson rey de Yolcos   en Tesalia, quien fue asesinado por su hermano Pélia, razón por la cual le es encomendada la crianza de Jasón al centauro Quirón.  Años más tarde Jasón regresa para reclamar el trono que le pertenece, momento en el cual Pélias le pide que vaya por el Vellocino.  A bordo de su barco Argo y acompañado por sus argonautas, se hizo con el Vellocino de Oro y posteriormente recuperó su trono.
Otra de las historias famosas es la de la Maldición del Rey Midas, Sileno mentor de Dionisio, extraviado en las tierras del rey, este le acoge y alberga.  En agradecimiento Dionisio le concede un deseo: el rey ávido de riqueza, le pide la facultad de transformar todo lo que toque en Oro.  Pero incapaz de comer, beber, o de tocar a su esposa el rey suplica deshacer el don que se había convertido en una maldición para él, para ello debió seguir las indicaciones del dios, y meter su cabeza en el rio Pactolo, y de esta manera regresó a la normalidad.  Probablemente esta leyenda explicaría el carácter aurífero del rio al cual la región de Frigia debe una parte de sus riquezas.
Moisés, gran personaje de la historia religiosa, durante su ascensión al Monte Sinaí, en búsqueda de los 10 mandamientos,   se encontró con un pueblo hebreo liberado del yugo del Faraón, le pidieron a Aarón fabricarles un ídolo de Oro: el ternero o becerro de Oro, al cual adoraron.  Al bajar del monte, Moisés, fue preso de una terrible cólera por dicha idolatría (prohibida por el tercer mandamiento), y rompió las tablas de la Ley sobre una roca.
Si nos trasladamos a la era prehispánica, nos encontramos con  El Dorado y la Ciudad del Oro.  El Dorado es un poblado mítico de América del Sur, más exactamente en lo que se conoce hoy como Bogotá,  este mito fue difundido por los conquistadores españoles.  Este poblado maravilloso, supuestamente recubierto de oro, inicio carreras por la conquista durante cuatro siglos.  Los españoles jamás encontraron este sitio, pero en cambio pillaron el Oro de los Incas.

 

 

lunes, 4 de noviembre de 2013

LA HISTORIA REAL COMO FUERON OCULTADOS LOS TESOROS



Esta historia no está escrita  en ningún libro, esta versión que estoy escribiendo por primera vez corresponde a la deducción de  mis estudios de investigación basada en la recopilación de muchos relatos orales. Estoy muy seguro que provocará polémicas y muchos cuestionamientos, pero las futuras investigaciones y hallazgos me darán la razón, provocando nuevas corrientes de pensamientos aunque en los más escépticos.

En 1822, un año  después de la independencia del Perú,  el general  José de San Martín  solicitó  un préstamo de 1.200.000 libras esterlinas. Cada libra  era de oro puro y pesaba  8 gramos. Que pasaría a administrar la junta de accionista bajo la presidencia de José de san Martin. Durante todos esos años círculo la libra esterlina. En 1879 y 1883 se da la Guerra del Pacifico   Perú – Chile. Chile,  a medida que avanzaba, realizaba saqueos en todo el territorio peruano. Faltando unos 3 días para que el ejército chileno llegue Lima y al ver que las libras esterlinas del gobierno peligraban, los gobernantes del Perú tomaron  sus precauciones. Acá empieza la historia…
En aquel tiempo, el presidente de la junta que administraba el tesoro y dinero del país, era un español. Al ver que los chilenos ya estaban cerca, los objetos de oro, las libras  esterlinas y otros tesoros del país  fueron encomendados a esta persona, asignándole  un séquito compuesto por  300 soldados y 600 mulas para transportar y  ocultar todo  hasta que pase la guerra. Cumpliendo las ordenes emanadas de la superioridad  los tesoros  fueron enterrados en lugares lejanos. El español  iba anotando y  describiendo en clave  los lugares donde quedaban escondidos los tesoros y dejaba  señales en las piedras y en las  faldas de los cerros, a fin de garantizar su seguridad. Durante el camino iba dejando y  enterrando los tesoros separando dos hombres y cuatro mulas en diferentes lugares. Describía el nombre de los pueblos, de los ríos y lagunas. Daba cicuta  a los soldados y los enterraba junto a los tesoros para evitar poner en riesgo los tesoros del estado. Las descripciones parecen corresponder a  la ruta que en la actualidad abarca  los departamentos de Junín, Pasco, Huancayo y Huánuco.
Cada mula transportaba cincuenta kilos en una alforja, veinticinco kilos por lado entre oro, plata,  libras esterlinas, diamantes y piedras preciosas. Que, como ya  lo dijimos más arriba, fueron enterrados en los encañadas de los ríos, debajo de enormes piedras, en muchos lugares inimaginables, pero eso sí, siempre señaladas con claves. Los he visto pero no  logro aun descifrarlos.
El español, al finalizar su misión retorno  a Lima después de casi dos meses. Al darse cuenta que era el único poseedor del cuaderno, decidió marcharse, zarpó en el año 1883 del puerto del Callao rumbo a España sin dejar  rastros. Mientras el país estaba ocupado en la guerra nadie lo buscó, pues el que había dado la orden murió en la guerra con Chile. Recuerden que esto es real.
¿Demonios y como sabes esta historia? Se estará preguntando el lector. En 1963 aparece otro español, era el bisnieto del  español fugitivo responsable de los entierros de los tesoros. El bisnieto contrata un guía y se dirige a la sierra central  en ferrocarril. Contrata veintidós hombres  y al llegar  a Huancayo basándose en las descripciones  del cuaderno del bisabuelo logra desenterrar el primer entierro . La descripción decía  así: “Debajo de la mama pancha con donde nace su  hijo menor se van a tomar agua de mucha sed y un numero  2”.
La clave indicaba un cerro que asemejaba  una figura de mujer y una figura de un bebe, en cuya cabecera nacía el riachuelo.  En aquel lugar hallaron dos cargamentos  de esterlinas y objetos en oro. El bisnieto  llego a desenterrar en otros tres lugares más,  pago a sus hombres y retornó  a España con el cuaderno. Recién   empiezan a circular los primeros  rumores. Diez años después, en 1973 regresa nuevamente con el cuaderno y contrata un nuevo guía  que lo lleve a Huánuco, a la provincia de Ambo, allí contrata un grupo de obreros y  se dirigen a Maray Pata  hasta el lugar llamado  Yurac Caballo.
En Maray Pata tratan de ubicar la descripción y descifrar la señal, al no  lograrlo, pernoctan en  el lugar, al amanecer del día siguiente ubican un lugar, pero al amanecer del tercer día  el español al despertar se da con la ingrata sorpresa de no poseer más el cuaderno, vociferando y rogando buscó el libro por quince días, llego a ofrecer la mitad del tesoro a quien lo encontrara. Pero al ver que sus esfuerzos eran vanos, no tuvo más remedio que retornar a su país.
Desde ese entonces la  gente va y viene en búsqueda de tesoros. Repito he estado allí y  he visto las claves. También he participado en los rituales de sacar oro tapado. Una cosa les digo: “Nunca se metan con cosas que no  conocen. La metafísica da explicaciones  para los que quieran profundizar”.   
Saben ¿Por qué no habrán en ningún lado, las muestras de estas libras  esterlinas?, 

Pues han sido ocultadas y enterradas.